Simbad cuenta que cuando joven murió su padre y le dejó una fortuna que mal gastó rápidamente. Sin embargo, juntó lo poco que le quedaba y decidió embarcarse en el Puerto de Basora para venderlas. Recorrieron varias islas, pero en una ellas se quedaron a comer. De pronto la isla comenzó a moverse, pues no se habían dado cuenta que era el lomo de una ballena. No logró llegar al barco y naufragó por 2 días gracias una gran viga que lo salvó. Llegó a una diminuta isla que tenía agua y frutas para alimentarse. No vivía nadie en esa isla, pero al tercer día aparecieron unos hombres montados a caballos pertenecientes al sultán Mihraj. Tuvo suerte porque cada 6 meses iban a la isla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.